En 1991 unos turistas descubrieron un cadáver congelado en el Valle del Ötzal (Alpes italianos). En un principio se pensó que era una persona que habría muerto recientemente, pero los análisis que se le realizaron desmintieron rápidamente esta idea. Los estudios desvelaron que era la momia natural más antigua de Europa, con una antigüedad de unos 5.300 años.
Ötzi (así fue llamado por la zona donde se encontró) saltó entonces a la fama y puso de manifiesto que gracias a su excelente estado de conservación y al trabajo de los científicos se podía conocer cómo era la vida de la Europa del Calcolítico (Edad del Cobre).
El estudio de Ötzi, es por tanto, un estupendo ejemplo de cómo estudiando los restos materiales del pasado podemos conocer mejor nuestra historia y de la colaboración de distintas disciplinas científicas en la búsqueda del conocimiento.
Finalmente os dejo algunos enlaces de interés sobre el tema:
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